La regularización de las empleadas de hogar, un fracaso estrepitoso


El gobierno trataba de disfrazar las astronómicas cifras de paro en España obligando a que las empleadas de hogar fueran dadas de alta en la seguridad social por sus empleadores, con la excusa de así dotarlas de una mayor seguridad pero, en realidad, la intención era -y es- que puedan ser eliminadas de las listas del paro. La seguridad (jurídica y personal) de las (y de los) empleadas de hogar les importa más bien poco.

Pues a día de hoy (04/06/2012) se ha conocido la noticia de que el éxtio de esta reforma es ridículo, que apenas se han dado de alta en la seguridad social. En teoría, el coste de la seguridad social y todas sus cargas deberían recaer en el empleador (y no en la empleada), pero la realidad es bien diferente. Os contaré un caso totalmente real: el de una chica que cobraba 600 €, y, sus jefes, hace pocas semanas, le dijeron que a partir de ahora cobrará 300 €. Según ellos era debido a que ahora se veían obligados a asegurarla y que, aunque fueran ellos quienes la aseguran, el dinero para hacerlo saldrá de la paga de la chica. Para eso es para lo que ha servido esta reforma: para volver el mal pagado y duro trabajo de las empleadas domésticas, aún peor pagado y más duro.

Luego salen diciendo que el gobierno "sabe lo que hay que hacer y lo está haciendo". Señora Cospedal, su gobierno nunca supo lo que había que hacer, y, por tanto, nunca lo hizo. Ni lo hace.

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