...o la basura que te puedes encontrar en la comida. Digo esto porque yo (como me imagino que todos, o casi todos), hemos tenido momentos de verdadero asco en los que nos hemos encontrado con alguna que otra "sorpresa" en nuestra comida. Lo último me ocurrió hace apenas unas semanas, con unas galletas con chocolate de la marca Gullón. Dentro de la caja venía uno de sus blister abiertos (probablemente la máquina de etiquetado se había quedado sin papel de envase de envolver y no alcanzó a todo el blister). No se si éso deberían haberlo tenido en cuenta en un departamento de calidad antes de envasar, no obstante, aunque reblandecidas, las galletas no estaban malas y me las comí.
Pero eso no es todo, en otra ocasión me encontré con algo mucho peor. Se trata de las galletas "Tostarica" de Cuétara. En una caja, en varios de sus blister de plástico (creo recordar que en tres de los cuatro paquetes que lleva) apareció con mosquitos y pequeños bichos (con abdomen de colores, debían ser abejas o algo así, pero muy pequeñas) por todas partes. Supuse que en algún momento, en la máquina, se había colado miel o algo dulce de las galletas, y con ella habían caído estos desagradables insectos.
Pero si éso os parece poco, la "sorpresa" que se lleva la palma es aún más desagradable. Me ocurrió con una lata de paté "La Piara", concretamente, con el paté de pavo. Voy a abrirlo tranquilamente, retiro la tapa azul cuando, debajo, compruebo que la metálica parecía "moverse". La abro y ¡horror!, gusanos blancos retorciéndose por todo el paté... podéis imaginaros el asco que me dió, de tal forma que arrojé el paté lo más lejos que pude de mí. En serio, no es inventado: estos casos me han pasado realmente. Respecto al paté quise pensar que algún "gracioso" en el supermercado lo habría abierto mínimamente y que luego había vuelto a poner la tapa azul encima, porque no quiero ni pensar que así hubiese salido de la fábrica.
De todo ésto no envié nada a los fabricantes, en unos casos porque no sabía cómo hacerlo (en el caso del paté), y, en otros, por pura desgana (vamos, que no me apetecía envolverlo, llevarlo a correos, pagar los sellos...). Quien sí lo hizo fue mi hermana, que, en una ocasión, se encontró en un paquete de Smacks de Kellog's una especie de grumo sólido. Ni corta ni perezosa lo envolvió y se lo envió por carta. He de decir lo estupendos que se portaron en Kellog's: no sólo lo llevaron a analizar, tras lo cual le escribieron a mi hermana diciéndole que solo era producto del azúcar que se había cristalizado y que no había problema en comérselo, sino que la remitieron, con su agradecimiento, una caja totalmente nueva de Smacks.
Así que ya sabéis: la próxima vez que os encontréis "sorpresas", no hagáis como yo y enviádselas a su fabricante. Aunque no os den nada, por lo menos que "se enteren" y pongan más atención a su departamento de calidad.
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