Ante todo he de decir que no veo mal que cuando se haya agotado la prestación por desempleo, los que no encuentran trabajo sigan cobrando algún dinero para poder subsistir. Me parece algo que debería haberse hecho ya hace mucho, y que no es solo un acto solidario, sino justo. Tal y como dedicamos recursos para ayudar a países del tercer mundo (lo cual me parece también muy necesario), es de justicia que ayudemos también a los pobres de aquí.
Pero lo que me resulta injusto, irrisorio y denigrante, tal como ya lo han mencionado muchas voces en este país, es que esa ayuda se dé a unos determinados desempleados, dejándonos a todos los demás "con una mano delante y otra detrás", como vulgarmente se dice.
Porque para cobrar "la prestación Corbacho" de los "míseros" 420 euros, tienes que cumplir los siguientes requisitos:
- Que nadie de la unidad económica con la que convivas (es decir, nadie de los que estén en tu casa) cobre sueldo o prestación alguna.
- Que tengas cargas familiares, o que hayas cotizado a la Seguridad Social al menos 180 días durante los últimos SEIS meses.
- Que acabes de terminar la prestación por desempleo.
Y yo me pregunto: ¿todos esos que llevamos más de UN AÑO en paro, malviviendo de ayudas económicas de las ONGs, qué? Y todos los que están en paro sin cobrar nada y que no cumplen esos 180 días, también se les ignora. Con esto se tapa un agujero pero se abre otro, colocando a los parados de larga duración y que no tienen (no tenemos) ningún tipo de subsidio en una situación de desventaja aún mayor.
Quien pienso estos planes, desde luego, muchas luces en el cerebro no tiene.
También se olvida de algo esencial: los que están en paro no quieren que se les regale una paga, no quieren subsidios ni quieren arrastrarse cumplimentando papeles como si tuvieran que mendigarle al Estado. Quieren un EMPLEO, y es hacia eso a lo que deberían dirigirse los esfuerzos y los planes contra el desempleo. Queremos un trabajo, señores del gobierno, no queremos una limosna.
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