900.000 euros cada capítulo de Aguila Roja. Como nos podemos permitir en España semejante derroche, cuando la gente llena los comedores de Cáritas porque no tenemos qué llevarnos a la boca. Cómo se pueden gastar 900.000 euros en una película y encima tan bodrio, solo para que una chavala enseñe sus tetas y cuatro jovenzuelos finjan que son actores. Clama al cielo.
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