
Sin ánimo de dramatizar (ya lo hacen bastante los de La Secta) ni de tildar a la gente de tonta y fantasiosa divulgando con total irresponsabilidad que no pasa nada y que el estar al lado de una barrita con uranio es lo mismo que comer chocolate (como hacen los fachas de Intereconomía), voy a tratar de opinar -como siempre hago- desde la más pura lógica en el asunto de las centrales japonesas, principalmente la de Fukushima.
Los primeros problemas son propios de cómo están afrontando las cosas. En Chernobil se "solucionó" a costa de exponer a miles de soldados (más de 4.000, aunque nunca se hizo oficial) a las radiaciones extremas para cubrir con cemento, arena "y todo lo que había" el reactor. En Japón han optado por la refrigeración con agua de mar. El problema del agua del mar son dos (aparte de que deja el reactor inutilizable), que son evidentes, pero que en ningún medio he visto tratar. El agua de mar contaminada en contacto directo con las radiaciones (no ya de la vasija o la piscina, sino de las propias paredes del reactor), ¿dónde acaba? Buena parte de ella se evapora a la atmósfera. Es lo que está causando (y ha causado, principalmente, estos días anteriores) las nubes radiactivas y las nubes de vapor de agua que hemos visto sobre las centrales nucleares.